México necesita mejorar su logística electoral para avanzar en la automatización


Las elecciones mexicanas fueron el pasado 2 de junio, pero estos comicios no han terminado. Primero, porque el escrutinio oficial inició este 5 de junio -los resultados que se conocen son extraoficiales y preliminares– y segundo, porque se hace necesario reflexionar sobre la implementación de la votación electrónica en el exterior, donde el Instituto Nacional Electoral (INE) se vio sobrepasado por la participación de sus nacionales en el extranjero.

Todos los reportes sobre la votación en el exterior reflejan una alta participación de los mexicanos que residen fuera del país, pero al mismo tiempo evidencian que la preparación del INE para ofrecerles tres modelos de votación: sufragio electrónico remoto, voto electrónico presencial y voto postal, no fue suficiente.

Como se recordará, 226 mil 661 ciudadanos estaban registrados para sufragar desde el extranjero. De esta cantidad, 69,86% (158 mil 353 personas), escogió hacerlo a través del voto electrónico por internet, mientras que 22,93% optó por el sufragio postal y 7,20% seleccionó el voto electrónico presencial en alguno de los 23 consulados dispuestos en Estados Unidos, Canadá y España. Sin embargo, también asistieron cientos de personas sin registro que buscaban votar de manera presencial. La empresa proveedora de la tecnología para el voto electrónico en el exterior en 2024 fue Voatz.

Aunque estaba prevista una alta afluencia de electores, como al final sucedió, ya que al momento se reportan más de 180 mil votantes desde el extranjero, la realidad es que esta buena noticia se vio empañada por los problemas de logística y planificación que se registraron durante la jornada electoral. 

Largas filas de votantes por la lentitud del proceso -el INE calculó que cada elector se tomaría 3 minutos para votar, pero emplearon hasta 8 minutos-, así como desorganización, máquinas de votación insuficientes y electores desinformados sobre el modelo de sufragio automatizado que se usó, actuaron contra un modelo de votación que tiene entre sus principales características, la facilidad y rapidez para sufragar.

El voto electrónico remoto y presencial que utilizaron los mexicanos residentes en el exterior se estrenó en 2021 y con buena nota, pero en esta ocasión, no por la propia tecnología, que funcionó sin incidencias, sino debido a la mala planificación y fallo en la logística, incluido el desconocimiento que mostraron los votantes sobre el modelo de sufragio, generó que los electores no tuvieran una buena experiencia con el sufragio automatizado.

Atendiendo a lo ocurrido, el INE tiene que fortalecer la organización de las elecciones en el exterior, no solo para superar los problemas que se presentaron en esta jornada, que era la más grande realizada en su historia, sino para afianzar el modelo de votación electrónica que busca instaurar a escala federal, y al mismo tiempo proteger la institucionalidad electoral y la Democracia.

Este traspié debe servir de guía para seguir mejorando y prepararse de manera eficiente para los próximos comicios. Contar con el respaldo de algún aliado del sector privado con experiencia en despliegue de voto electrónico, podría ser el catalizador para blindar el sistema y al voto electrónico.

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