Panamá y El Salvador deben aprender de sus fallas para sacar provecho a la tecnología electoral

Las recientes experiencias con tecnología electoral en El Salvador y Panamá dejan en evidencia que toda prueba es una experiencia para aprender, pero también que, sin una planificación cuidadosa apegada a los más elevados estándares y la participación de proveedores expertos en despliegue de voto electrónico, no hay modelo automatizado que funcione a cabalidad.

Las jornadas electorales en ambas naciones -primero El Salvador en Febrero y ahora el 5 de mayo en Panamá– llaman a la reflexión sobre la urgente necesidad de que las autoridades comiciales que impulsan planes de automatización del voto, consideren todas las aristas que intervienen en la adopción tecnológica para así evitar errores como los que se están viendo en El Salvador y Panamá .

Dudas persistentes

Aunque las elecciones en El Salvador se efectuaron hace más de tres meses, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) aún no termina de despejar las dudas que dejó una jornada con problemas de transparencia y cronograma en la previa de las elecciones y con fallos delicados durante la elección, los cuales afectaron la confianza de todos los actores políticos, electores y organismos internacionales.

Por ejemplo, en el voto electrónico presencial en el extranjero –donde se usó sufragio remoto-  la empresa contratada (Indra) no anticipó que la jornada electoral se podría extender y cerró el proceso cuando aún había electores en cola para votar; mientras que el sistema de transmisión de resultados preliminares falló y retrasó el anuncio de los resultados.

A esto se suma que a finales de abril, la Fundación Internacional de Sistemas Electorales (IFES) emitió un informe sobre su misión técnica en El Salvador, denunciando que detectó un fallo en la totalización de los votos remotos en la elección legislativa, porque se registraron “votos con corrupción”. De acuerdo a la presidenta del TSE, Dora de Barahona, solo fueron cinco votos que quedaron sin finalizar y que obstaculizaron la totalización, pero la organización aclaró que pese al tiempo transcurrido no conocía “el detalle de cómo se realizó la corrección” de esta falla.

Ante las dudas y críticas a la forma como se implementó la tecnología y su ejecutoria, la máxima autoridad comicial se comprometió a entregar los resultados de las auditorías encargadas, una que fue contratada a la empresa CGTS y otra que realiza el Instituto Tecnológico de Monterrey.

¿Improvisación?

En el caso de Panamá, que en sus comicios del pasado 5 de mayo, realizó su tercer piloto vinculante de voto electrónico presencial y remoto de un modelo desarrollado por el Tribunal Electoral, la falta de pruebas de estrés y la revisión de todo el sistema, llevó a la suspensión parcial de la experiencia.

La falla se presentó el primer día del voto adelantado remoto para la elección presidencial -el pasado 23 de abril- cuando la boleta electrónica mostró una distribución equivocada de las candidaturas. Es decir, el orden de las tarjetas con los candidatos en la papeleta digital fue erróneo, generando confusión y desconfianza en el electorado y actores políticos.

En las primeras de cambio, el Tribunal Electoral decidió suspender la elección por Internet, pero poco tiempo después revirtió la medida y mantuvo la votación remota. Sin embargo, en paralelo anunció la cancelación de la votación electrónica presencial programada en el centro de convenciones Atlapa, debido a la desconfianza que mostraron algunos partidos políticos.

La aparición de las candidaturas en la boleta digital en una posición diferente a la esperada es un error que se entiende, a falta de explicación oficial, producto de la insuficiente revisión y pruebas al sistema, lo que hace pensar en la idoneidad o la capacidad técnica del organismo para garantizar un diseño e implementación óptima de la tecnología.

Fallas como las registradas en El Salvador y Panamá, dan cuenta de procesos de adopción tecnológica sin la planificación adecuada o la participación de expertos de tecnología aplicada a elecciones con la suficiente experiencia para no dejar nada al azar.

Ambos países tienen la tarea de mejorar sus protocolos de selección y aplicación de tecnología electoral, para que los electores vean aseguradas sus garantías electorales. La diversidad de herramientas tecnológicas disponibles en la actualidad permite realizar comicios 100% automatizados o tecnificar etapas vitales de forma óptima, pero sin la disposición de las autoridades a tomar las mejores decisiones, el voto transparente y seguro seguirá esperando.

Poder judicial español evalúa automatizar la elección de los integrantes de las Salas de Gobierno

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) español avanza en su estudio para activar el uso del voto electrónico para la elección de los miembros de las Salas de Gobierno del Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y los Tribunales Superiores de Justicia. Aquí la reseña.

Panamá inicia elecciones generales con votación electrónica

Las elecciones generales de Panamá a celebrarse este 5 de mayo servirán para probar por tercera vez el modelo de voto electrónico diseñado por el Tribunal Electoral (TE) con un piloto vinculante de sufragio automatizado presencial y también remoto.

La infraestructura electoral abarcará a alrededor de 10 mil personas, quienes podrán usar el voto electrónico presencial en 20 de las 52 mesas de votación que estarán ubicadas en el Centro de Convenciones Atlapa. En el caso del modelo remoto, tendrán acceso poco más de 4.400 electores, que son los inscritos en el Registro de Electores de Panameños Residentes en el Extranjero (RERE) y el Registro de Electores para el Voto Adelantado (REVA).

El TE dispuso que quienes usen sufragio por Internet podrán ejercer el voto desde 12 días antes del día de la elección, por lo que el 23 de abril se abrió el proceso que concluirá el 2 de mayo. El escrutinio de estos sufragios se hará junto con el voto electrónico presencial y el sufragio tradicional el 5 de mayo, día de los comicios.

El voto electrónico presencial panameño reproduce características de sistemas ya probados en otros países. La votación es muy sencilla: los electores, cuya identidad ha sido validada, reciben una tarjeta que activa la máquina de pantalla táctil, que despliega las candidaturas y permite sufragar por las opciones de preferencia.

De acuerdo con los detalles ofrecidos por el TE, en cada estación de votación se desplegarán automáticamente las boletas únicas para votar por cada cargo, sea de presidente, diputados, representantes, entre otros, y al final del proceso se le entregará a cada elector una boleta de constancia con todas las opciones seleccionadas que se debe depositar en la urna correspondiente.

En el caso del modelo de voto remoto para los nacionales residenciados en el extranjero y algunos electores dentro del territorio nacional, contará con un sistema de reconocimiento facial biométrico para validar a los electores que podrán optar a esta modalidad, algunos de estos son funcionarios de seguridad, médicos, enfermeras, camarógrafos, fotógrafos de prensa, periodistas, personas discapacitadas, entre otros. Estos votantes solo podrán sufragar para el cargo de presidente.

Con el piloto vinculante de voto automatizado que realiza Panamá, este país vuelve a probar la tecnología que le puede llevar a contar con un sistema 100% automatizado.  La progresividad de la aplicación, las pruebas y simulacros y el contar con equipos eficientes y perfectamente adaptados a las características del país, es el camino que sigue para en el futuro adoptar un modelo de sufragio electrónico a escala nacional que brinde todas las garantías electorales.