Rusia hace de la opacidad su modelo electoral


Un flaco favor sigue haciéndole Rusia a la tecnología electoral. Al igual que en el año 2019,  2021 y 2023, las elecciones presidenciales de este fin de semana – del 15 al 17 de marzo – estuvieron marcadas por la opacidad con la que se organizaron y ejecutaron, y el uso del voto remoto no fue la excepción, con lo que se condenó al descrédito los resultados.

La información emanada por la Comisión Central Electoral (CCE) precisa que fueron 112,3 millones de electores habilitados para votar, de los que 38 millones de 29 regiones podían hacerlo a través de un modelo de voto por internet. Los resultados preliminares arrojaron que votó 87,1% del padrón sumando el sufragio presencial y el remoto,pero fue el 21 de marzo cuando se anunció el cómputo definitivo.

La experiencia que pudo ser un paso más en facilitar el voto en una nación que por su topografía, clima y tamaño puede resultar complicado, al final resultó en una re edición de comicios pasados, donde no solo la oposición política sino líderes foráneos, consideraron fraudulentos los resultados o al menos con dudas importantes.

Del sistema de voto por internet ruso se conoce que es una plataforma federal que fue habilitada “casualmente” en zonas con importante oposición al régimen, y donde en 2021 se vio como se voltearon resultados adversos al Gobierno. Entre las críticas y desconfianza que genera el modelo, y que no responden a la tecnología, sino a la forma como se usa y se implementó, está que los actores políticos no tienen acceso al código fuente, y además que no tienen la certeza de que se protege la identidad de quienes votan o no, o de  las selecciones que hacen.

Otra situación que genera rechazo, es que se ha institucionalizado la práctica de enviar la opción del voto remoto a quienes lo han solicitado, principalmente en horario de oficina, con lo que existe la sospecha de que algunos trabajadores, sobretodo los gubernamentales, pudieron ser forzados a votar por opciones contrarias a sus preferencias.

Esta denuncia se sostiene en que el gobierno instrumentó también una aplicación (GEO-SMS) para monitorear a los empleados públicos que no usaron voto por internet, y en la cual debían certificar con la geolocalización del teléfono celular que acudieron a la urna que les correspondía para votar.

Lo sucedido pone de manifiesto, una vez más, como la adopción y funcionamiento de cualquier modelo de voto electrónico de espaldas al país y con intereses contrarios al de una elección competitiva, segura y transparente, daña la credibilidad de una tecnología que usada eficientemente protege al sufragio y la democracia.

Según el último informe de The Economist, Rusia es reconocida por tener un gobierno autocrático, ya que el recién electo, Vladimir Putin, ha impuesto condiciones  claramente anti democráticas, como vetar líderes opositores, impulsar reformas a la Constitución y aprobar leyes para reelegirse y habilitar el voto en territorios ocupados y anexados a Rusia de manera ilegal.

Ante lo ocurrido, es necesario destacar que existe tecnología electoral para que los países cuenten con sistemas blindados y con capacidad de ofrecer voto presencial y remoto.

Hoy día la tecnología para llevar adelante elecciones seguras, transparentes y adaptadas a las características de cualquier nación y de todo tipo de elector existe. Pero para poder desplegarla es necesario contar con la voluntad de los decisores y la vigilancia de toda la sociedad.

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