La novedad del debate de los votos nulos en Venezuela


ELECCIONES MUNICIPALES EN VENEZUELAPasadas las elecciones parlamentarias venezolanas de diciembre de 2015, donde la victoria de la coalición opositora copó las reseñas noticiosas, artículos de opinión y debates en redes sociales; a los pocos días declaraciones ofrecidas por voceros prominentes del Gobierno trajo al debate electoral el tema de los votos nulos.

Los resultados ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) reflejan que si se compara lo ocurrido en las legislativas de 2010, con los cómputos del 6 de diciembre de 2015, se evidencia que hubo un aumento en la emisión de selecciones no válidas, pues mientras hace cinco años se presentaron 263 mil 554 votos nulos, es decir 2,5% del total  de los sufragios en la votación lista, en la última jornada se registraron  686 mil 119 selecciones nulas , lo que representa 4,77% del total del padrón en la elección lista. Ahora, en el caso del sufragio nominal se procesaron 6,41% de votos en blanco.

Un análisis realizado por el periodista especializado en temas electorales, Eugenio Martínez, muestra que si bien hubo un repunte en la contabilización de votos nulos, también es cierto que el 6D no son los comicios con la más alta ocurrencia de sufragios no válidos.

Expuso que luego del 6D, “la elección en la que se han registrados más votos en blanco fueron las municipales del año 2013, cuando el sistema arrojó 5,5% de los sufragios”. Pero, advierte que con el sistema manual esta situación se presentaba en mayor medida: “la elección con más votos en blanco (nulos) es la del 25 de Julio de 1999 (Elecciones para constituir la Asamblea Nacional Constituyente), en la que se registraron 11,9% de votos nulos”.

Partiendo del hecho de que en las Legislativas los votos en blanco aumentaron frente a comicios recientes, es pertinente aclarar que para el CNE, el voto nulo es un sufragio mal realizado, es decir, que el elector se equivocó al momento de sufragar, sin distinguir si lo hizo de manera intencional o accidental, que es lo que diferenciaría a un voto nulo (error al momento de sufragar) de uno blanco (el elector premeditadamente anula su voto).

Ante la imposibilidad de probar qué tipo de voto nulo se dio el 6D y la negativa del CNE de habilitar el sufragio en blanco, porque a su entender estimula la no participación política del elector, resulta inconveniente, por no decir injustificado, que se le endose al sistema de votación la ocurrencia de los votos nulos.

Mientras técnicamente el sufragio electrónico venezolano puede soportar la inclusión en el tarjetón de la opción “voto en blanco”, para de esta forma reducir su ocurrencia al permitir la selección consciente de esta posibilidad; durante las auditorías del sistema (software y hardware) ninguno de los técnicos de la oposición o Gobierno reportó problemas con la interfaz de las máquinas o con el tarjetón electoral.

Hay que añadir que en ningún proceso electoral previo, incluso aquellos equivalentes a la jornada del 6D, hubo la más mínima sospecha por la cantidad de votos nulos, por lo cual surge en el debate la intencionalidad con la que se teoriza acerca de este resultado del escrutinio.

Por ahora, se puede esgrimir que los estudios de opinión pública realizados por firmas reconocidas en el país -como Datanálisis- dan cuenta que al evaluarse el «grado de facilidad» para ejercer el derecho al voto, 93% de los encuestados responde que sufragar con las máquinas es fácil y muy fácil.

Ante las diferentes visiones que emergen sobre el repunte del voto nulo en Venezuela, se anticipa que la discusión apenas comienza en este país. Sin embargo, mientras se niegue la posibilidad al elector de votar nulo o en blanco, será prácticamente imposible determinar si la selección no válida fue intencional o accidental.

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