Una mirada periodística al sistema electoral colombiano


Tener la visión de empresarios, políticos y analistas sobre los procesos electorales y la aplicación del voto electrónico ha sido imprescindible para nutrir este blog. Sin embargo, tener acceso a la mirada de quienes recolectan y procesan información a diario, es un costado que no debe ser dejado de lado, pues los periodistas interactúan siempre con los votantes, y sus historias ayudan a comprender qué sucede en un país y por qué acontece.

El caso que presentamos hoy, es el de la periodista colombiana María Teresa Ronderos, quien se ha especializado en la cobertura de procesos electorales, y tras los recientes comicios legislativos y presidenciales en su país, ofrece su punto de vista sobre el sistema electoral del país neogranadino. En principio considera que el más importante problema de Colombia es su sistema electoral, pues a su juicio en lugar de estimular el sufragio, contiene muchas restricciones.

 -¿Cómo es el sistema de preconteo en Colombia?-En Colombia hay un método de preconteo que se hace para darle transparencia al sistema, para que la gente sepa muy rápido quién ganó y no haya tiempo de hacer manipulación. Si ya el país sabe cuál fue el resultado, puede haber un pequeño margen de error, pero es muy difícil que alguien le de la vuelta a puerta cerrada.

María Teresa Ronderos es una reconocida periodista colombiana con amplia experiencia académica y de ejercicio profesional en temas electorales. Foto: Semana

Ese preconteo se hace de una manera tan veloz que no alcanza a haber casi fraude. Se suma muy rápido, contrario al escrutinio o conteo final, el cual se hace dos o tres días después de los comicios y en el proceso se extreman los cuidados.

La emisión de resultados rápidos es más delicado en las elecciones parlamentarias, porque ahí una diferencia de 1% puede dejar a un congresista adentro o afuera. De todas maneras, las mesas tienen testigos de todos los partidos, y hay vigilancia.

 –Ya en Colombia debía instaurarse este año el voto electrónico pero no se logró, ¿Por qué cree usted que pasó eso?

-No se logró porque el voto electrónico implica unas salvaguardas enormes de quien maneja los softwares, la garantía de que no esté manipulando. La automatización es muy buena en el sentido de que se acaba el uso de las planillas y no se puede meter mano los números, pero hay que tener mucho cuidado con quién es el contratista del software, qué experiencia tiene, con quién está asociado. Hay que cuidar que no tenga ninguna asociación con el Gobierno, porque se puede manipular todo demasiado rápido.

Sin embargo, existen sistemas de voto electrónico donde hay unas salvaguardas en el voto electrónico, que arroja un comprobante de votación que después se cuenta. Con este sistema hay que tener mucho cuidado, sin embargo, es un mecanismo muy bueno.

Pese a que Colombia usa un modelo manual de votación, el país lo que tiene es un problema grave, gravísimo, en el sistema electoral, y es que está hecho para que la menor cantidad de gente vote. Primero, cierra a las 4 de la tarde, entonces el montón de gente que trabaja hasta tarde o tiene jornadas largas ya no puede votar. Segundo, te tienes que haber inscrito como desde seis meses antes, en seis meses pasan muchas cosas. Resulta además que se tiene que votar en el lugar de origen. El sistema está lleno de restricciones, producto de falta de voluntad de los distintos gobiernos. Hay que poner una hora de cierre igual para todo el mundo, pero tiene que ser tarde, entre 7 y 8 pm.

Todas las restricciones que nieguen la posibilidad de votar a la gente, ¿A quién benefician? Al que lleva a votar a la gente. Porque el político que tiene su ruma de gente para votar, ese sí se asegura de que voten a tiempo, de que todo esté en orden, entonces terminan beneficiando a la política de maquinaria, de clientela, y no a la política de gente individual que vota libremente.

 

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